
Por: J. Vicente Ruiz (Joselin)
Julio 8, 2008.
Indudablemente que la deuda social acumulada de la República Dominicana nos aleja cada día más de tener un desarrollo sostenible a largo plazo, ya que por años el principio de racionalidad y la especificidad de la política económica del gobierno, consciente o inconscientemente, ha generado una competencia desigual entre los pueblos que buscan mitigar su demandas sociales.
En otras palabras, las provincias que representan mayor importancia, en términos de votos (para acceder al poder), con personalidades comprometidas con el desarrollo, y sobre todo, con acceso a las esferas de poder, desde cualquier ámbito, vale decir, con posibilidad de tener presencia en los espacios de toma de decisiones, tienen una ventaja competitiva, en el buen sentido de la palabra, en comparación con otras provincias denominadas como las más pobres del país (ver su mapa de pobreza, por favor).
Ante esta innegable realidad, las soluciones de corto plazo deben acompañarse de una voluntad y firmeza que nos conduzcan a la posibilidad de acceder a espacios de asignación de recursos provenientes de fuentes de financiamientos no vinculadas a las arcas públicas, y en especial, a los partidos políticos.
Una de esas posibilidades, lo representan las organizaciones públicas no gubernamentales, llamadas ONGs, con misiones, entre otros, en el campo de la salud y la educación. Su probada capacidad en términos de absorción de financiamiento, les ha significado posibilidad de acceder a recursos de origen externo, en la mayoría de los casos a través de donaciones y otros mecanismos legales.
El trabajo desempeñado por las precitadas organizaciones, reguladas por un marco legal, LEY 122-05 PARA LA REGULACIÓN Y FOMENTO. DE LAS ASOCIACIONES SIN FINES DE LUCRO (ASFL) en la República Dominicana, ha sido conocido en nuestras comunidades a través de poblaciones beneficiarias: a saber: damnificados por desastres producidos por la fuerza de la naturaleza, operativos médicos dirigidos a la población general, habilitación de centros comunitarios, centros de enseñanza (de moda, centros de informática) para niños, así como para poblaciones adultas, etc. Sería una actitud de mezquindad negar que aproximadamente 10,000 ASFL en el ámbito nacional, no han tenido impacto positivo en la provincia Bahoruco, obviamente, en base a la premisa de que algunas de ellas desarrollan labores sociales en ella.
De acuerdo a una ponencia, en la Oficina Regional de la FAO para América Latina y El Caribe, realizada en Santiago de Chile el 11 de mayo de 2005, la Dra. Rosa Rita Álvarez, Directora Ejecutiva de Mujeres en Desarrollo Dominicana, Inc. MUDE, informa que el Estado aportará a las ONGs RD$1,055M, equivalentes a US$35M, lo que representó menos del 1% del presupuesto nacional del año antes señalado, que fue de RD$206,000 M.
Con estas cifras, deseamos expresar la necesidad de continuar siendo una población beneficiaria de las intervenciones de las ONGs, a escala nacional, a partir de un mapa de pobreza; pero para también poder tener la oportunidad de convertirnos en entidades ejecutoras directas de esos financiamientos, y muy especialmente, del financiamiento externo a través de las ASFL, con sede en nuestra localidad.
Una acción de esa naturaleza representará la oportunidad de empleos, sin ataduras políticas; sin cartas de recomendación de funcionarios locales de los partidos de turno en el gobierno; sin recomendación e imposiciones de los partidos con influencia en los ayuntamientos; es decir, cada persona debe tener la oportunidad de una independencia absoluta al momento de elegir o ser elegidos como funcionario público.
Ahora bien, como todo implica grades sacrificios, el mensaje no sólo busca mayormente que se crean más organizaciones sin fines de lucro con sede en nuestra comunidad, sino fortalecer las que ya tenemos y realizar inicialmente un trabajo voluntario, a los fines de disponer de las evidencias necesaria para poder probar su capacidad operativa, de transparencia y pulcritud a la hora de ejecutar un financiamiento en el marco de una donación.
Las organizaciones antes indicadas, vistas como instrumento de desarrollo, y sobre todo, para captar recursos y fomentar empleos en el nivel local, deben cumplir una serie de condicionalidades y tener evidencia sobre algunos aspectos legales, tales como:
- Estatutos sociales de la entidad;
- Acta de asamblea general constitutiva;
- Última acta de asamblea ordinaria anual;
- En caso de que el representante legal de la institución no sea el que se designa en los estatutos, acta de asamblea extraordinaria, donde se haga constar la designación de dicho representante;
- Cédula de identidad personal y electoral de la persona designada como representante legal de la institución;
- Decreto de incorporación;
- Comunicación de la Procuraduría General de la República confirmando la incorporación;
- Publicación de la incorporación en un periódico de circulación nacional;
- Brochure con el perfil institucional.
- Logo versión digital.
Bajo ninguna circunstancia queremos afirmar que la falta de evidencia en las áreas citadas invalidan la participación de cualquier entidad local. No. Nuestro propósito es poder advertirles sobre el desarrollo institucional futuro que deben tener las organizaciones sin fines de lucro, que pretendan captar recursos en un contexto diferente e innovador en beneficio del desarrollo local.
Tenemos que ser capaces de identificar debilidades y posibles soluciones que permitan fortalecer la capacidad gerencial de nuestra gente y apoyar el proceso de descentralización de toma de decisiones y manejo de recursos financieros de las instituciones con potencialidad para generar riquezas en nuestra comunidad.
Unificarnos sobre la base de prioridades consensuadas y canalizadas monolíticamente, nos hacen tener una ventaja competitiva ante otras provincias, pero debemos reinventar soluciones inmediatas que transciendan nombres de organizaciones no lucrativas, con espacio y / o base de operación desde el mismo corazón de Neiba (Provincia Bahoruco); vale decir, queremos ser poblaciones objeto de intervención (beneficiarios de operativos médicos, donación de alimentos, habilitación de centros de informática, promoción de espacios de deportivos, etc), pero también necesitamos empleos, más servicios de salud, de educación, en un contexto administrado desde Neiba y no desde otras grandes capitales del país (Santo Domingo, Santiago, etc).
Confío en que nuestras organizaciones sin intereses de lucro puedan desarrollar estrategias de sostenibilidad, a través de la creación de espacio que permitan promover la formulación de proyectos a ser presentados a distintas fuentes de financiamientos disponibles en el país. Ver nuestras condiciones de rural, desde una perspectiva integral, y sobre todo, canalizar niveles de participación (de las ONGs y las organizaciones comunitarias de base) en el diseño, promoción e implementación de las políticas públicas junto con las instituciones gubernamentales, con el único propósito de adelantarnos en tener informaciones que pudieran considerarse privilegiadas en los espacios de competencias por la búsqueda de financiamientos de largo plazo (cinco o seis años, mínimo).
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